viernes, 11 de abril de 2014

Cuando aprendemos que No sirve de nada seguir negando lo evidente



Cuando uno pasa mucho tiempo sin escribir y lo hace de nuevo es como hacer el amor por primera vez: sientes la necesidad de condensar todo lo acaecido en una sola hoja, en un solo momento,  y puedes correr el riesgo de hacerlo  de forma precipitada e incluso absurda y, como era de esperar, al final no lograr el resultado deseado; ya que, aunque nos fastidie, todo requiere su tiempo, su espacio y sobre todo su lugar. 


Por ello, y para evitar “la primera noche de amor frustrante”, he decidido que voy a tratar de comenzar, como estoy aprendiéndolo a hacer: despacito y  siempre por el final.

I. Lanzarse a la piscina


1.30 de la mañana y me encontraba frente a una pared en blanco, lápiz en mi mano derecha, copa de Rioja en la izquierda, y un paquete de tizas. ¿Cómo había llegado a esa situación? Ni idea.

 Tenía que escribir una frase que significase algo para mí. ¿Una? ¿Desde cuando solo tenemos una frase que implique algo? Pensé en que habría mil cosas que escribir y cogí mi libro de cabecera “Ciento Volando” y me dije: venga, escribe la frase que más te haya gustado, pero no sabía cuál. Todo me recordaba a alguien o a algo  y yo lo que realmente quería era una frase única y de repente me decidí: una no, voy a escribir un decálogo. Y así fue como subida en un taburete (por cierto, qué recuerdos me traen los taburetes, nunca regaléis a una chica un taburete por su cumpleaños por favor, NO es un buen regalo y encima es un trauma que siempre llevará latente) me dispuse a escribir frase a frase, letra a letra, el decálogo más real que conozco y a subrayar la “máxima” que más he aprendido en este tiempo: que “no sirve de nada seguir negando lo evidente”.


Y sin embargo ¿Por qué lo hacemos? Un día nos levantamos con resaca, cansados, cabreados con el mundo y al llegar al trabajo tus compañeros te preguntan ¿estás bien? Y tu respuesta suele ser: si claro, y encima añades un porqué. Pues por qué va a ser campeón, porque tenemos la cara de un oso panda en peligro de extinción, porque olemos a Johnson´s baby para adultos y porque de lejos lanzamos señales tántricas de prohibido todo ser a cien metros a la redonda.

Pero lo hacemos, negamos lo evidente siempre, porque creo que nos han enseñado a eso, porque nos da una especie de vergüenza ajena la reprobación de los que tenemos al lado, nos da pereza escuchar la crítica, nos cuesta aceptarla, asumirla o sencillamente nos cuesta responder un sí, estoy mal o sí , efectivamente esto me ha molestado.

Bueno, el día continúa y tu pareja, chica/o, amiga/o especial, compañera/o en la vida o “aquel ser de las mil formas de llamarle” tiene el curioso detalle de tener un gesto raro, porque los gestos vamos a pensar que no son malos, son raros… de esos que no encuentras sicología emocional suficiente como para explicarlo,  le des las vueltas que le des.
Y entonces ¿qué haces?

Opción A: Te diriges a él/ ella y le dices: cuidado chaval/a te estás equivocando (en tono amenazador)

Opción B: Le llamas cariñosamente y le dices creo que esto me ha molestado, vamos a abrir una cumbre hasta solucionarlo.

Opción C: Le gritas estoy molesto/a.

Opción D: Directamente le preguntas con respeto: Perdona pero, ¿Tú no serás tonto verdad?

No,  lo que haces realmente es negar que pasa algo y lanzarle señales de humo tóxico con miradas y comentarios esperando a que el/ella las cace al vuelo y te diga: lo siento.

Esto es lo que verdaderamente hacemos.

Además para más mal de males, las mujeres introducimos un tercer elemento en la ecuación de la negación del enfado: elemento de la Amiga.  A ésta acudimos, cual virgen de la amargura, a quejarnos, a buscar consenso a cerca de una opinión sobre lo sucedido a pesar de que ya nos la hemos formado pero que necesitamos sellar.  Y es entonces cuando descartamos del todo las opciones A a la D y negamos hasta la saciedad que estamos molestos.

Misteriosamente negamos hasta el infinito y más allá nuestros sentimientos y los camuflamos aún no se exactamente porqué.Negamos lo innegable aunque sería más sencillo reconocer lo evidente.


Entérate de que no vale de nada chaval que niegues que sigues estando loco por ella, porque todos sabemos que te gusta hasta su mal genio, o no vale de nada chica negar que te gustaría que no te regalara un taburete por tu cumpleaños o sencillamente no sirve de nada negar que las cosas no van bien, prorrogar una agonía y no poner punto y final,  contener siempre el llanto o, por el contrario, afirmar que estás en una nube nada tóxica y no te importa nada más allá de sus ojos o como dice aquella frase “que hasta los botones de tus pijamas la echan de menos”. Amiga/o todo esto se nota, y lo notamos todos,  aunque nos callamos.







Al terminar de escribir el decálogo, me quedé absorta leyendo todas y cada una de las frases escritas y la que nunca olvidaré será la que me dijo mi amigo:

 "A veces, cuesta tirarse a la piscina"


Y sí,  mi amigo  Antonio tiene razón, porque cuando te lanzas a la piscina te puedes dar contra el bordillo y por eso a veces cuesta decir un “te quiero”, nos resulta complicado un “ya no “y abusamos de las mentiras piadosas.

Debo de reconocer que yo también he negado mucho y quizás ahora afirme demasiado, la verdad no lo sé; pero de lo que estoy segura es que no pienso “agonizar más en voz baja por cortesía”.


II. Las 3.00 : final de noche



Una vez finalizado el decálogo y con el espíritu de la tiza de color rosa echa ya azúcar glasé,  la noche terminó como mejor pueden terminar las noches: 

Con una compañía amiga, una nueva copa de vino en la mano, una hamaca de un ático en Sevilla y sonriendo porque ha sido el final casi perfecto.







miércoles, 20 de noviembre de 2013

Historias de amor que nunca se acaban y buses que no es necesario coger


Muchos me habéis preguntado, por qué  hace tiempo que no escribía, y habéis especulado con varias hipótesis, que admito, me han gustado bastante; sencillamente no lo he hecho porque pensaba  que no era un buen momento para escribir hasta no encontrar una solución al penoso asunto del coche de Thelma y Louis.


 Allí se encontraban las dos. Thelma y Louis, a punto de crisis de histeria, en mitad de la avería de su descapotable verde azulado impecable.  De esos que no te dejan indiferente al pasar. No era efectivamente lo que podíamos llamar su gran día. 
Por desgracia, de un tiempo para acá el coche de ambas sigue en el taller, Thelma y Louis cogen el bus.  ¿Los buenos tiempos han pasado?.


I- Comienza el día con energía , sudor y ¿lágrimas?


Aquel día empezó mordiendo un meloso croissant  en el bar de la esquina a las 8.00 de la mañana,  mirando las fotos y los títulos del periódico, poniendo cara de asumir que la política internacional nos abruma, y engañándonos, como siempre, porque en el fondo todos sabemos que NO  estamos leyendo completamente el periódico a esas horas, que SÓLO lo leemos en profundidad cuando en la oficina , ya hasta las narices del día, se nos ocurre mirar el Marca, el País o el Abc, pasando siempre antes por la sección del horóscopo, de la mujer que misteriosamente tiene un blog de sexo ininterrumpido en el País o la que escribe que se ha ido a Cuba o que sigue allí (ésta última sí que os la recomiendo por las espectaculares fotos que publica en su blog diario ). 

El caso es que el día se me pegó al paladar desde por la mañana como el glass de ese magnífico croissant y se me apuntaló entre los dientes sin lograr irse.

II-       Alguna que otra adicción


Mi entrada en la oficina fue la típica entrada de un día de encierro en San Fermines, la carrera oficial empezó a las 8.27 y debía finalizar a y 30. Es en ese justo instante cuando te das cuenta de que vas tarde, de que vas a tener que explicar ese minuto de más ante el sistema y es entonces cuando valoras tu integridad o el minuto y prefieres salir corriendo, dispuesta a romper tus recién estrenados zapatos de Zara y cargarte su estupendo ante beig antes que sufrir las consecuencias de llegar ese minuto tarde y lo peor de todo:  explicarlo.

Llegas a tu sitio sudando, sin maquillaje, con el tacón roto y haciendo ese odioso ruidito que crece cuando te falta una tapa del zapato  y a lo lejos, por suerte repito a lo lejos, la ves a Ella, a esa mujer,  que inexplicablemente te odia desde el primer día que pusiste un pie en la oficina hace ya años, la que no puede evitar volverse cuando pasas y mirarte con cara de Terrier en celo. Pero especialmente, aquella mujer a la que detestas su misterioso gusto por los zapatos de plástico charol “andamiado” ( dícese de aquella suela alta que plagió una firma asiática tipo "maripepa" y que la convirtió en un andamio), su temeroso traje de licra y sus ya conocidos “trajecamiseta"  por usar una forma “In” de decir  “ le falta la parte de abajo” . Pues bien, para que no lo olvidemos en los tiempos que corren, en ella queda patente lo que en su día debió ser la valoración masculina del intelecto.


Siguiendo por mi derecha,  está sentada Thelma, quien te saca una sonrisa nada más verte llegar con esas trazas, cuando tu  piensas en Kill Bill, o en un poquito de gasolina y a lo Bonzo o simplemente en Ocean´s Twelve y la miras y entonces ,sólo exclusivamente sólo, es cuando sonríes.


Luego llega la hilera de tareas que no entiendes por qué estas haciendo, pero que tienes que hacer y la hilera de preguntas absurdas, que tampoco sabes porqué estás respondiendo, pero que tienes que responder y es entonces cuando gritas: se me ha averiado el coche.



Cuando se te avería un coche, te cabreas, incluyes alguna patada en la amalgama de variopintos movimientos irrepetibles que se hacen y piensas "ya no pudo hacer absolutamente nada de lo que quería hacer",bajando como del cielo un listado de cosas pendientes que nunca llegarán a realizarse por tener averiado el coche y como no,  dramatizando por supuesto la situación, creo que por la reminiscencia latinoamericana de aquellas telenovelas que nos ponían las abuelas cuando éramos niñas , llamémosla Cristal, Lucecita, Esmeralda …un sinfín de dramones de la pequeña pantalla.

Pues bien, ese día que a Thelma y a Louis se les averió el coche, fue cuando no podían ya más, cuando se dieron cuenta de que  nos hemos convertido en adictos

Adictos por acostumbrarnos al día a día y hacer que siga así. Lo mismo que nos hemos acostumbrado a aquel trabajo que no nos gusta, al café de máquina malo, a la leche en polvo que se mezcla con este café, a ver la cara diaria de la presunta implicada en fomentar que la industria china en España emerja gracias a sus  modelitos  matutinos “ In” que lleva orgullosa como si a la semana de la moda de París  fuera , en fin… adictos a estar acostumbrados a ser adictos.

III.- Hay historias de amor que nunca se acaban y buses que no es necesario coger 


Llegados a este punto, Thelma y Louis iban a tener el coche en el taller por mucho tiempo .


Por ello, pensé en varias soluciones, que no fuera coger un bus meticulosamente establecido y  con un trayecto marcado que no les sacaría de aquella rutina ni les solucionaría el problema de su coche averiado,  y finalmente le recomendé a Louis ir caminando al trabajo.  Sé que al principio le sonaría una locura, un gran cambio; pero ocurrió lo inimaginable....

Es entonces cuando ella le conoció a él.

Le observó mientras esperaba en una parada de autobús cercana, eso sí como dice la canción "sin medias negras ni barro en el tacón". 

Ella se acercó en un intento de suicidio emocional asaetándole a preguntas:   si le gustaba el café malo de maquina, si le encantaba el plástico de los zapatos andamiados y las preguntas absurdas y  escuchó un NO, alto y claro , NO  por respuesta. Ella le abordó como una inmolación, como en aquella película que termina en un beso inesperado y en una bofetada, pero esta vez sin ella. Y comenzaron a caminar,  la acompañó hasta la entrada de su San Fermines diario y poco a poco la ayudó a colocarse incluso el pañuelo rojo antes del pistoletazo de salida o de entrada ,en esta caso, cada mañana, y a sonreír cuando se le rompía la tapa del zapato por correr desesperada . Logró, cuando le encontró a él, buscar fuera del taller una solución temporal entre el bus y el coche a la espera de salir de la costumbre.




Thelma, sin embargo, está de viaje. Ella ahora usa más el avión que el coche y  cada vez que llega a su destino se olvida una maleta para, con esa escusa, ir todos los veranos a buscarla.

Yo, he vuelto a escribir para lograr por un rato escapar del bus, del coche y sobre todo de las pasarelas “in” y diría "out" de París.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Tardes de Ron, mañanas de Martini seco.



Gente tóxica, lugares para perderse y enamorarse de nuevo.


No se puede decir que sea el mejor de los tiempos para el amor, o eso dicen, tampoco para el trabajo, o eso dicen, cuidado con las amistades, con los kilos, con lo que piensas y con lo que escribes, pero sobretodo cuidado con todo y todos menos:  ¿contigo mismo?

 Aquella tarde de julio estaba sentada en una playa del sur,  de mis favoritas,  “El Palmar”. A quien no haya estado allí le recomiendo que corra a pasar al menos un día en aquel lugar antes de que se convierta en un nuevo “Sherry".

El Palmar es una de esas playas que comienza a ser preciosa conforme cae la tarde, te envuelve con su magia y con sus gentes, de lo más variopintas y especialmente libres. Será quizás ese sentimiento de libertad lo que me llevó a relajarme entre sus olas y a terminar escribiendo hoy esto.  Después de un día intenso, de esos  en el que cedes más de lo que eres, y te queda nada para seguir  lo que resta del día,  cogí mi coche y me fui sola a la playa  con la  única compañía de un libro “Gente Tóxica”.  Ese libro me lo recomendó una gran amiga mía a la que nunca cito por prudencia y que es de esas personas que, como dice la canción, “agonizará en voz baja por cortesía”, una gran mujer.  



Comenzando por la primera página  el libro te sitúa frente a los distintos perfiles de personas que pueden dañar tu vida: está el  envidioso  (sin duda y en eso estaremos todos de acuerdo, este personaje es el peor), el que se siente mediocre y  que inevitablemente acaba por convertirse en envidioso, el agresivo verbal… y así un largo elenco de personas tóxicas.

En ese instante comencé a pensar en  mí  y en las personas que había dejado entrar en mi vida, en los errores cometidos, en los comportamientos adecuados o no, en aquellos que me hicieron reír y llorar algunas veces. 

Mientras tanto la playa se iba quedando desierta y un grupo de surferos en el agua se posicionaban para su habitual ritual de despedir el sol con sus tablas alineadas al atardecer dentro del agua. La playa se vistió de un naranja roto apasionante, todo estaba listo para que disfrutara de un paisaje único en un momento irrepetible: el mío. Pero  cuando me quise dar cuenta llevaba una hora leyendo un libro, que no me estaba aportando nada que no supiera y que, lo peor, casi me hacía perder de vista una magnífica puesta de sol.  Tanto cuidado con todo lo “de Más” que no se fija uno en lo que tiene delante.



En ese instante tiré el libro, me levanté, me vestí y me dirigí al “Pico de la Ola”, a quien haya estado allí  le encantará.  Me pedí un ron con naranja a modo de rebeldía, por la cantidad de veces que he escuchado que contiene azuzar como para suplantar la crisis petrolera en Egipto y por supuesto,  en honor a los magníficos kilos de más. 

Estaba sola y disfruté de mi momento como nunca. Eso si, a última hora llegó él, quien sino él  y ella sabrían que de vuelta a casa les extrañaría.


 Esa noche bebí  Ron supliendo todos los momentos de Martini seco. 

miércoles, 31 de julio de 2013

Carmín de alcoba: para las mujeres fatal y los hombres que sí, también lloran

"Ama lo que desees y deja que sea eso lo que te destruya al final de tu vida , porque no hay mejor destrucción que la que es querida." 

Y como sucede a veces,escribes un pequeño relato que te gusta , que es raro sí, puede; pero igualmente te gusta como otras tantas cosas en la vida y por supuesto no puedes evitar mostrarlo

Como el cuento va hoy de mujeres fatal, antes de dejaros el relato  "Carmín de alcoba" , haré una pequeña alusión a esos hombres que por fortuna también lloran.

  -  Allí está ella inevitablemente guapa y extremadamente mala, es inevitable querer coincidir con ella : a la entrada del trabajo, en el ascensor , por las noches. Es simplemente inevitable querer salir al mundo a decirle lo perfecta  que la veía ese día,  lo graciosa que era y la sonrisa tan maravillosa que tenía, pero claro luego el intento de huida de ella siempre será proporcionalmente mayor y lo sé.


- Allí está él, otra vez pendiente de mi , mira como me mira, qué bueno es, qué lástima , demasiado bueno, extremadamente pesado.
   "Llegada la noche"

 - (Para él) Ella envuelta en Gin, carmín y por supuesto pelo suelto, con tacones de infarto y perfecta sonrisa.
- ( Para ella) Él qué simpático, qué bueno.
 -Ella, perfectamente mala no me presta atención.
 -Él ,qué gracioso a ver si un día le presento a Cristina .
               
Él se acerca a pesar de saber que no tiene posibilidades. Ella, como era de esperar huye y  le presenta a su amiga.

Él  inevitablemente llora .

Os copio  el enlace al relato corto escrito para " esta noche te cuento"  y en relación con " preferiría no hacerlo" de Bartleby está vez una novela de alta cuna y no baja cama que seduce por su relación con el mundo del derecho y  ahora las mujeres fatal.

Carmín de alcoba


viernes, 12 de julio de 2013

La noche que dejemos de bailar


He oído que lo que está delante de nosotros y lo que está detrás es poco importante comparado con lo que reside en el interior: desde entonces llevo Ray-Ban siempre.


Entrando directamente hacia la barra, allí estaba ella, el gurú de la noche: la camarera. Ese ser a quien confío mi resaca semanal y de quien espero que, por compasión, no me ponga garrafón. Ese ser que parece siempre sereno entre tanta botella y nos hace ver a los demás siempre tan perjudicados con sólo una copa, porque recordemos que siempre es solo Una: Siempre es la Primera. (Al respecto os recomiendo ver el Decálogo de las 10 mejores mentiras, ésta se encuentra junto a la nueve, que también es de mis favoritas, la de “No- Te- Va -a -Doler”).

Era una de esas noches tranquilas de copa de Gin ácido en mano, que predecía resaca laboral post-mañanera, calor de 45 grados y aún no había llegado ÉL.

Las risas, las anécdotas de siempre: que si mi amiga se ha casado, que si mi media naranja, que si tu medio limón, que si ¡yo solo quiero peras¡( En fin…) Aquella era sin duda una noche más, sin lugar a dudas: nuestra noche.

De repente sonaron las palabras mágicas, se detuvo el tiempo, cesó el calor, se acabó el Gin y llegó ÉL. Todo el mundo levantó sus manos al son de: “mi reina bella, cosita loca”.



Gracias a ÉL, lo que nos enseñaron en el jardín de infancia cobra, por fin, todo su sentido: aquellas magníficas clases de psicomotricidad en las que se ponía música en un magnetofón de cinta, y cuando escuchábamos ciertas palabras, provenientes casi siempre de la danza de Xuxa, nos levantábamos aplaudiendo. Sólo que las palabras “dale, vaina, loca, dale, provoca” no estaban en el listado de los cuadernillos Rubio. (¡Lástima!)


Ha llegado el fenómeno de masas, líder indiscutible, presidente de la cumple del G-20.
  

De repente un chico se dirige a mi: “¿Eres de PitBull?” En ese momento me sentí como en aquellos pueblos de interior cuando te preguntan las viejecitas aquellas que pinchan cuando dan besos :" y tú de quien eres?" Me quedé con las ganas de decir : No soy de Manolo  y tú?

Hasta ayer, creía que teníamos a la “Generación del 27”, la “Generación de nuestros padres” (donde los Panchos cobraban su sentido y Ana Belén y Víctor Manuel eran los Romeo y Julieta de nuestra España cañí). He escuchado que somos la “Nueva Generación del Reggeton” 

Me siento como si con decir RON, Méndez, Madrid, no fumo gracias, ¡viva Amancio! ya sobrasen las palabras, ya sobrasen los cafés y el añorado flirteo por sms que a mi me encantaba… esa sensación de no saber cuándo te iba a responder, a diferencia de ahora que sabemos cuando SI y revindicamos cuando NO.

Desde mi más humilde opinión creo que debemos recordar nuestros orígenes, no podemos tener por líder a un señor que, con todos mis respetos, ha traído el fluor , las cadenas, los perros, los pinchos y ha dejado en quiebra a “just for men”... " ya tu sabe..."


Esa noche sin embargo, nosotros seguimos bailando al son de ÉL, y al son de música inglesa, al son de los Beatles, que algunos veneramos, al son de “Mi Chica (¡Grande!), al son de los Planeta, de Hombres G , de Duncan Dhu.

Somos sencillamente una generación que sabe de música, que ha mandado SMS desde nokias negros y  grandes, que le ha escrito a su primer amor desde una cabina publica , que se ha criado con los Simpson, que ha visto Sensación de Vivir, que ha llorado con la muerte de chanquete y que ahora viaja y se planta en Alemania a decir esta boca en mía, en definitiva puedo decir MODESTIA APARTE que esta es mi Generación!


…..y lo mejor de todo es que, con la que está cayendo, SEGUIMOS BAILANDO.



viernes, 5 de julio de 2013

Fútbol, moda y flores


"La tierra se ríe en flores "
(Edward Estlin Cummings)

"y en fútbol"

Hoy no vamos a hablar de beber sino de emborrarse, no de comer ,sino de INDIGESTIÓN y no de fútbol sino de FLORES y moda.  "Cavani no ha jugado el partido esperado por Sara al igual que Sara no se espera que la fichara telecino. (8.00 el hombre en el bar de la esquina)" Te levantas con esta gran frase ,digna de comienzo de un film de serie B, y continuas tu día, que tan solo hace 15 minutos que ha comenzado;  a nadie le importa si tú te has levantado feliz porque has encontrado el pendiente que le va a la falda que has comprado en un mercadillo vintage del día anterior, porque qué es vintage? qué mercadillo de qué?

    Sinónimo de vintage ( en masculino) : timo de ropa vieja
    Sinónimo de vintage ( en femenino) : ropa ideal que nadie tiene
    Sinónimo de mercadillo (en  masculino): tarde de compras de mujeres en las que aprovechas para irte   
     de  cervesitas con los colegas y hablar de futbol, porque ella está entretenida
    Sinónimo de mercadillo ( en femenino): bueno, bonito, barato

En fin... tras el café y Sara te diriges a la oficina, después de varios insultos de conductores " tenias que ser mujer", llegas, te sientas y vas a por el segundo café.

Si esto va de karma, el tuyo está ya negro de humo, de frases célebres,de fútbol y de INDIGESTIÓN ( que Loli de alguna forma tienes que soltar)

Pues bien, hoy me he plantado en el bar de siempre a las 7: 40. Es uno de esos bares españoles , los BARES DE ABUELO, que se mantienen gracias a los obreros y a los jóvenes que van allí en recuerdo de la frase de sus padres " es cutre pero no veas como estan las tapas", esos bares de churretón en las paredes de azulejos, de gordito feliz detrás de la barra y hombre con gafas de pasta pegadas con cinta adhesiva , papelillos en el suelo, caracoles a la 1, "cervesita" fría y perro vagadundo esperando en la puerta y como no, por supuesto, con los cuatro obreros sevillano de siempre y yo...

Media de york y  " qué putada lo de Xavi" , en ese momento me he plantado y les he dicho : "habéis visto qué cosa tan bonita me he comprado?" y es entonces cuando he comenzado a darles una charla sobre el vintage y los mercadillos, despidiéndome luego con un mero "adiós" .  Nunca había sido tan apropiada la frase de " encuentra lo que te gusta y permite que te mate"

No os puedo describir la cara que me han puesto esos señores cuando les he hablado, es que aún no puedo , ya que tan solo hace unas horas que les vi mirarme como " la tía que se arregla para bajar a tomar caracoles ha hablado". 

Pero sin menospreciar a Sara, a Xavi, a Cavani ,al calvo de los deportes, al de las motos que se pone camisas de quinceañero, al que era periodista y ahora es viceverso y siempre recordando a los grandes y míticos:  Matías Prats, Olga Viza, y Jesús Alvarez , os digo:

La moda no es simplemente ropa y mujeres.  La moda está relacionada con  las ideas, la forma en que vivimos, lo que está sucediendo incluso con la política: el fútbol también va de modas y de política y de actualidad por tanto hablar de fútbol es hablar de moda y hablar de moda es estar en la actualidad.



miércoles, 3 de julio de 2013

La teoría de los zapatos y las zapatillas

¿Cuántas veces se te ha acercado en un bar, en la calle, en la oficina o en el metro el presunto hombre perfecto? Se acerca de repente, siempre es de repente; le miras y piensas, porque siempre lo piensas: Dios hoy es mi día.  Y por arte de magia te conviertes en la mujer más guapa del mundo, te ves espectacular porque el presunto "adonis", que además parece siempre ser simpatiquísimo , te ha mirado , sonreído y con suerte hablado (dejemos claro que cualquier mujer siempre es perfecta antes de que aparezca el " presunto adonis").

El problema es que tras el "hola" inicial,  te plantas a mirar al "adonis" que tienes delante y como buena mujer crítica pasas al siguiente estadio, el del análisis. 
Proceso de análisis femenino





Esto es algo inconsciente, un proceso natural de la mente femenina que hacemos siempre y a todas horas. Es entonces cuando le analizas y piensas: bien el pelo, bien los dientes, parace bueno, simpático  y así hasta llegar a los pies.... y cual es la horrorosa sorpresa:  lleva una orden de alejamiento permanente impresa en sus zapatos kilométricos... que te impiden acercarte a menos de dos metros de él.


Hay que decir, a favor de esta prenda, que puestos en un italiano cambian, lo siento,  ellos gozan de inmunidad , incluso puestos en un "look cowboy "puede que tengan su gracia,  pero conjuntados con un traje de chaqueta puede que la pierdan completamente.

Pues bien , diariamente veo a un centenar de " ejecutivos" así, campando a sus anchan sin saber que la teoría aplicada de los zapatos les impide tener ninguna posibilidad de ligar, al menos con la mayoría de mujeres que conozco.

Siguiendo con nuestro particular análisis fememino, podemos decir que esos zapatos han hecho que el "adonis" sea ya un simple compañero de trabajo, pero ya es tarde y  el " adonis" comienza  a hablarnos con un " qué tal?" al que ya no atiendes, (porque estás pensando en los zapatos, en que te duele la vista y en qué pasaría si comienzas a salir con ese tío : se los podrás quitar? será capaz de desprenderse de ellos?) Comienzas solo a ver los defectos, a pensar en qué le ha llevado a comprarse esos zapatos, en qué pretende decir con ellos y pierdes el interés por completo.. al menos el inicial.

Acto seguido, ya pierdes el total interés que tenía antes el "adonis", viene la peor parte :  el colofón final de  la teoría de los zapatos: Los zapatos nos han nublado al " adonis".

La solución por tanto,  fruto de la práctica y de las desilusiones con "adonis" similares, se encuentra en las deportivas. La teoría de las deportivas  es muy distinta , la mujer que ve a un hombre con unas deportivas y un traje,  piensa:

1º Es un hombre moderno
2º despreocupado por los cánones
 3º hará surf...
4º está implicado con causas
5º es diferente
6º hará algo más que tomar copas.

La teoría de los zapatos, podría ir dirigida a mujeres, a hombres, a indecisos o a decididos en su indecisión :podría aplicarse a todo el mundo. Pero especialmente va dirigida a aquellos hombres que no la tienen asumida para que por favor los remplacen, como dice la canción, por zapatillas. Es mejor que entre los dos no haya obstáculos y sólo se cruce la mirada.